Josely, de 11 años, se perdió en un evento público en el municipio de Tarímbaro. Fue localizada dos días después dentro de una vivienda, fue abusada sexualmente y estrangulada por Silvestre de Jesús V., hermano de su padrastro.
El caso de Josely no es aislado, no es el único, cada cuatro días una niña o adolescente es víctima de un feminicidio.
De acuerdo a datos del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SESNSP) durante el 2018 se registraron 86 feminicidios, el año más letal para las niñas y adolescentes. En 2017 se reportaron 62 casos y, en 2016, la cifra alcanzó 53 feminicidios.
Los estados donde más se han registrado estos casos son: Estado de México, Chihuahua, Nuevo León, Zacatecas y Chiapas.
Medidas urgentes
En julio de 2018, el Comité para la Eliminación de la Discriminación contra la Mujer (CEDAW) de la ONU pidió al Estado mexicano adoptar medidas urgentes para prevenir las muertes violentas, los homicidios y las desapariciones forzadas de mujeres.
Una de las 20 recomendaciones que hizo la CEDAW a México fue asegurar que el feminicidio sea penalizado en todos los códigos penales estatales de conformidad con la Ley General de Acceso de las Mujeres a una Vida Libre de Violencia, y estandarizar los protocolos de investigación de la policía de feminicidio.
La Comisión Nacional para Prevenir y Erradicar la Violencia Contra las Mujeres refiere que el feminicidio es la muerte violenta de las mujeres por razones de género. Es decir, que las asesinan por el simple hecho de ser mujeres.
En el Código Penal Federal el feminicidio se encuentra tipificado en el artículo 325, y se evalúan algunas de las siguientes circunstancias: signos de violencia sexual, lesiones o mutilaciones, privación de la vida o actos de necrofilia, violencia en el ámbito familiar, laboral o escolar, amenazas y la exposición del cuerpo de la víctima en un lugar público.
Con información de México.com
No importa quién sea el asesino, la culpa siempre será de la madre o la víctima