Charbell Lucio
¡El petróleo no se vende, el petróleo no se da, en Michoacán, no pasará! Bajo esta consigna cientos de manifestantes se concentraban afuera del congreso michoacano para exigir a los diputados locales que no se discutiera la Reforma Energética y que se emitiera el dictamen de rechazo.
Un amplio contingente de GOES y policías ministeriales ya esperaban desde la madrugada, el arribo de los inconformes. Desde temprana hora, el sub secretario de gobierno Fernando Cano inspeccionaba el operativo policial; aún faltaban tres horas para la realización de la sesión extraordinaria y los policías ya habían conformado un cerco humano en torno al recinto.
Poco a poco, los manifestantes liderados por dirigentes y legisladores de los partidos políticos de izquierda se congregaban en la avenida Madero, en la cuna del cardenismo, ondeando sus banderas alusivas a la lucha social.
Los diputados Cristina Portillo, Selene Vázquez, Silvia Estrada, José Aparicio, Elías Ibarra y los dirigentes del PRD, MORENA y Movimiento Ciudadano, Víctor Báez, Miguel Ángel Sandoval y Daniel Moncada mostraban liderazgo entre los opositores a la reforma energética.
Mientras tanto, los diputados del PRI y PAN ingresaban al Palacio Legislativo por los accesos alternos, su intención de sesionar a puerta cerrada y abordar el tema de la reforma energética causó el descontento de los que afuera, dejaban de manifiesto su repudio a las reformas estructurales.
Con el objetivo de impedir a toda costa que el pleno sesionara, los aguerridos manifestantes intentaron cruzar el cerco impuesto por granaderos, pero sólo un grupo logró ingresar al edificio mientras afuera, el resto era reprimidos con insultos, golpes, empujones y gas lacrimógeno.
Los actores políticos que lideraban la manifestación también se vieron envueltos en la gresca que dejó varios lesionados, algunos, personas de la tercera edad que requirieron atención médica. Entre la multitud, una señora lloraba adolecida por los golpes que le propinó la fuerza pública.
Los policías, armados con macanas y toletes lograron repeler la manifestación. Pancartas, lonas y panfletos informativos sobre la reforma, que serían entregados a los asistentes quedaron regados por la avenida Madero.
Adentro del congreso, ya sin la presencia policial, los golpes continuaron cuando los legisladores del PRI y PAN entraron por la fuerza para recuperar el salón legislativo, pero al romper el cerco de los manifestantes, fueron recibidos a gritos y recriminaciones por apoyar la reforma energética.
La sesión no pudo realizarse, y el llamado fue a permanecer en la toma hasta que las fracciones parlamentarias emitieran su dictamen rechazando la reforma recién aprobada.
El gobierno michoacano, se deslindó de los hechos violentos e informó que fue el panista Alfonso Martínez Alcázar, presidente de la Junta de Coordinación Política quien solicitó la presencia de policías antimotines.
Por su parte, las bancadas de izquierda, en voz de Fidel Calderón Torreblanca, calificaron como un “Pinochetazo” el actuar del ejecutivo estatal y reiteraron que en Michoacán la reforma energética no se aprobó.
Desde afuera, las consignas en apoyo seguían escuchándose aún cuando habían pasado más de cinco horas de la represión. Adentro, atrincherados los inconformes custodian el palacio legislativo con la promesa de que el Congreso michoacano no será el espacio donde políticos “vende patrias” aprobarán el dictamen de la reforma constitucional.