Opinión 3.0


Cuando la conciencia se vuelve mazo que noquea de un guamazo

Todavía me vuelven las lágrimas ante la bravura del pueblo, o la gente, o de como queramos llamar al electorado, que por más de 30 millones decidieron expulsar de la silla a quienes sexenio tras sexenio les prometen y no les cumplen.

Todos esperamos que Obrador haga un buen gobierno, algunos formamos parte orgánica y militante de dicho esfuerzo, pero la mayoría no, y lo increíble es que contrario a lo que todos piensan, la gente se cansó de esperar, o en todo caso optó por la esperanza activa, por la esperanza que se construye a través de la conciencia, la decisión y la acción y no de la ilusión, esta última, imperaba en el voto por Fox y por Peña, un cheque en blanco para que el Presidente hiciera y no para que en conjunto hiciéramos.

¿Qué nos costaba despertar antes? ¿Qué miedo nos quitamos que nos decidimos a hacer el cambio? ¿Qué realidad y que futuro vislumbramos, que nos provocó a movernos como nunca, -en serio, como nunca-? Detectar lo que sí y lo que no constituyó el movimiento electoral del 1º de julio, será fundamental para poder estar a la altura de esto que parece un nuevo país.

De entrada, alegra pensar que esos que votaron por primera vez lo hayan hecho con tal gallardía, que independientemente de AMLO, de morena, del pt y del pes, se mostraron como entes dignos y rebeldes, lejos del esquema común de la sumisión y la dejadez, de la domesticación habituada al abuso y a la imposición. Este electorado -despertó y rugió como tigre-, sin embargo, más que asemejarse a un animal, resulta que son votos con conciencia, votos razonados, votos altamente humanizados.

Lo que sigue, no puede ser otra cosa más que construir gobierno desde abajo, junto con la gente, llevar el gobierno hasta el nivel de sección electoral, definir en cada espacio territorial lo que se requiere y pensar en grande, que no significa pensar en las grandes obras de infraestructura, sino en conocernos y reconocernos todos los cerca de 124 millones de mexicanos, saber que seremos tomados en cuenta y que nos vamos a hermanar todos. Pronto sabremos quiénes somos en cada sección electoral en la que habremos de preguntarnos cómo construir un nuevo modelo de gobierno y habremos de saber cómo organizarnos para lo que sigue, para entrelazar las expectativas y las acciones de abajo hacia arriba y de ida y vuelta. Por lo pronto tenemos un perfil del electorado sistematizado con la información de las encuestas de salida, aplicadas por la Encuestadora Parametría durante el 1º de julio. (Ver Gráfico 1.)

Gráfico 1. Perfil sociodemográfico y preferencia electoral

Fuente: Parametría, Recuperado el 10 de julio del 2018, de http://www.parametria.com.mx/carta_parametrica.php?cp=5053

Se puede observar que la inteligencia estuvo a favor de Andrés Manuel López Obrador, el 65 % de sus electores cuentan con estudios universitarios o más, mientras que los preponderantes de Meade son personas sin estudios y los de Anaya se clasifican con primaria, con porcentajes del 31 y 24 por ciento respectivamente.

La encuestadora también detectó que el 65% de los electores de AMLO fueron varones, a diferencia de Meade y Anaya que tuvieron mayoría de mujeres electoras: sin duda alguna que el primero fue favorecido por el programa Prospera; y el segundo por la influencia que sobre las mujeres tienen algunas iglesias.

El otro dato importante es que el 63% de los votantes de Obrador están en el rango de entre los 26 y 35 años de edad, semejante al de Anaya, pero no así con Meade, que en su mayoría los votantes son mayores de 56 años, condicionados nuevamente por los programas sociales.

De lo más sorprendente es que el 64% de los que votaron por AMLO tienen ingresos de entre 15,000 y 20,000 pesos mensuales, mientras que, para Meade y Anaya, la mayoría de sus electores declararon tener ingresos promedio al mes, de $785 pesos o menos.[1]

Estos elementos generan una idea del voto consciente y razonado que acompaña la elección de Andrés Manuel como presidente, circunstancia cualitativamente distinta a los procesos anteriores, en los que la inteligencia se abstuvo y le dio el pase a Peña con votos de personas sin primaria terminada.

Lenin decía que una idea que prende en las masas pega más fuerte que un ladrillo y así fue el golpe, como de mazo, un guamazo rotundo al fraude y la imposición, no es la primera vez que el pueblo se decide por un candidato ajeno al dedazo del presidente en turno, en 1952 el presidente Miguel Alemán Valdés postuló a Adolfo Ruíz Cortines del recién renombrado PRI en contra de Miguel Henríquez Guzmán, el candidato de las fuerzas progresistas del país, aglutinadas en la Federación de Partidos del Pueblo Mexicano y el Partido Constitucionalista Mexicano, que luego de una elección de estado quedó en segundo lugar con el 15.8% de la votación, mientras que el primero obtuvo el 74.32% de votos, razón por lo cual se acuñó la frase “al más puro estilo priísta” cuando se imponía a algún candidato .

Cuauhtémoc Cárdenas en el 88 fue el siguiente manotazo popular, que ganó una elección, fue sometido con trampas tecnológicas como la “caída del sistema” y la quema de boletas resguardadas en el Congreso de la Unión para evitar que se realizara el recuento, y así vivimos al primer presidente impuesto por el neoliberalismo, Carlos Salinas de Gortari.

En el 2006 el pueblo votó, Obrador ganó y los grandes intereses privatizadores y neoliberales no lo dejaron llegar a la presidencia. Habría que aprender cómo hacerlo, habría que volver a intentarlo.

Hoy sin duda se sumaron algunos ingredientes importantes para evitar otra imposición: una de ellas es la realidad, ya nadie les cree que las cosas van a mejorar luego de 30 años de privatizaciones, alzas a los básicos y los energéticos, despojos, malos tratos y altísima corrupción; otra de ellas es la organización, en esta ocasión el Movimiento de Regeneración Nacional se convirtió en partido político, morena, que en junio del año 2017 logró la meta del 100% de Comités de Protagonistas del Cambio Verdadero en cada sección electoral en de todo el país; y la tercera y altamente alentadora es la conciencia, vivir sabiendo y entendiendo lo que sucede, te hace partícipe y responsable de la vida y no víctima de ella, genera una ciudadanía difícil de ser engañada y proclive a la organización y a la acción concertada, es la capacidad de crear hegemonías basadas en la razón y no en la imposición.

Si la conciencia es la articulación de elementos objetivos y subjetivos, es decir, aquellos que te permiten ubicarte dentro del espectro de la producción y de las clases sociales, pero también generan tus anhelos dentro de la moral y los principios que tu clase esgrime: no robar, no mentir, no traicionar, cuidar a las personas y a la naturaleza, preponderar el ser sobre el tener, y demás, pues entonces, la conciencia que se despertó antes, durante y posterior al 1º de julio, anuncia un nuevo país, un nuevo México, listo a estar atento para partirle su madre a la corrupción, los privilegios, la demagogia y la simulación. Enhorabuena por el despertar de las conciencias, y por construir juntos un México más decente y respirable.

[1](http://www.milenio.com/opinion/francisco-abundis/columna-francisco-abundis/quienes-eligieron-a-amlo-como-presidente)

 

11 julio, 2018
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