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Existen varias maneras de disfrutar de los placeres íntimos. Cada uno de ellas le da un toque renovador a las relaciones de pareja. Es momento de poner en práctica otras formas de entregarse a las delicias sexuales. A continuación, una lista de los tipos de sexo que hay que probar para no dejar morir la ‘picardía’.
1.- Sexo karezza
El término proviene del italiano “carezza”, que significa caricia. Y de eso se trata: de tener relaciones de una forma cariñosa y suave privilegiando el placer por sobre el clímax. Para ponerlo en práctica, sonría manteniendo el contacto visual, mire a su pareja fijamente a los ojos lo más posible, sincronicen la respiración, agárrense y tóquense mutuamente (por lo menos veinte minutos). Vale emitir sonidos de satisfacción o placer (pero no palabras), hay que acariciar, abrazar, masajear y poner el oído en la zona del corazón de tu pareja para escuchar sus latidos.
2.- Sexo quickie
Es un “rapidito”, sin preparativos y con la ropa semi puesta. ¿El lugar? Para las parejas más clásicas, las distintas habitaciones de la casa, el auto o el baño de un bar. Si son más arriesgados, las posibilidades aumentan: el ascensor, las escaleras o los pasillos del edificio, la última fila del cine y, el mejor de todos, el cambiador de un local de ropa. ¿El momento? Como corresponde, cuanto menos planeado más efectivo. ¿Las reglas? Discreción por sobre todas las cosas: acá no valen los jadeos, los gemidos o los gritos. Disfrute en silencio, es parte del encanto.
3.- Sexo acuático
El baño es un complemento ideal en la pareja. Los sexólogos recomiendan este juego para darle primacía al erotismo. Puede ser de inmersión (ideal para hacerse caricias, porque los músculos logran relajarse y la textura de la piel está suave al tacto) o en la ducha (en los sex shops venden manijas que se colocan en la pared para facilitar las posturas sexuales). Es delicado colocar el preservativo en ese momento. Por eso, se recomienda extremar los cuidados.
4.- Sexo outdoor
Consiste en salir de las cuatro paredes y tener sexo al aire libre, aunque sea en el jardín de casa. Es muy placentero, tanto de día como de noche. Se convierte en fuente de goce por la amplitud del espacio, la vivencia de libertad y las sensaciones que provocan los estímulos naturales cuando actúan sobre los cuerpos desnudos.
5.- Role playing
El cambio de roles es muy divertido y consiste, básicamente, en jugar a ser otros. La idea es transformarse en médicos, electricistas, cowboys, maestros, policías, strippers… O lo que su imaginación les ofrezca. Permite a ambos tener esa emoción de “estar con otra persona”. ¿Cómo arrancar? Simule que no lo conoce, pregúntele quién es y dele lugar para que invente su propio personaje.
6.- Sexo gourmet
No solo se trata de probar platos afrodisíacos. La idea del sexo gourmet propone que la pareja también comparta la preparación de los platillos excitantes, como parte de un juego erótico distinto, entre dos. Cuando se siente atracción sexual intensa por otra persona, se suele experimentar una especie de deseo por ‘saborearla’. Es que los placeres pueden estar conectados y lo que ocurre entre el erotismo y la gastronomía no es una excepción a esta regla.
7.- Sexing o fitness erótico
Si se piensa en los beneficios del sexo para la salud se puede comparar con asistir frecuentemente al gimnasio. Besar quema de 120 a 135 calorías por hora (2 a 5 calorías por minuto), lo que significa que si usted besa durante 20 minutos todos los días en un año habrá quemado 36.500 calorías y habrá perdido 5 kilos. El juego previo ayuda a gastar 25 calorías, por lo tanto, cuanto más lo prolongue mayor será el gasto calórico. Durante el acto sexual se queman de 50 a 100 calorías en promedio. En cada orgasmo se elimina entre 60 y 100 calorías.
8.- Sexo voyeur
Es encontrar la satisfacción o el placer sexual observando la intimidad de los otros. En el ámbito terapéutico, muchas veces los especialistas fomentan el voyeurismo cuando invitan a observar la sexualidad ajena, como en el caso de mirar videos que muestran escenas sexuales que sirven como estimuladores del deseo o como modelo de aprendizaje y de evaluación de la propia sexualidad.
9.- Sexo exhibicionista
Es la contracara del voyeurismo y consiste en mostrar con la intención (o la fantasía) de que alguien los vea. Sin caer en extremos se puede, por ejemplo, dejar una ventana entreabierta o tener un encuentro fogoso en el auto, para vivir la sensación de riesgo. Muchas escenas son verdaderos estímulos a la hora de tener sexo.
10.- Sexo tántrico
Con la práctica del tantra se busca disfrutar con todo el cuerpo, disfrutar con cada poro, con cada caricia. Cuanto menos, mejor: los seguidores del tantra recomiendan hacer el amor una sola vez al mes para acumular energía sexual. Los encuentros son sin sexo genital y sin eyaculación. La base está en los preparativos, el poder de la mirada, las caricias, los masajes y en el control de la respiración. Y, por último, un largo y profundo orgasmo, que no es el final de la fiesta sino el principio de la celebración.