Rosario Herrera Guido
¿Quién que pidiendo un pan le dan una piedra?
¿Quién que pidiendo un pescado le dan una serpiente?
Jesús de Nazaret
Con el título de “¿Control canino o matadero municipal?”, quien escribe publicaba un artículo en La Jornada Michoacán, el sábado 24 de febrero de 2007, en su página 2. Tratando de sensibilizar, civilizar, ciudadanizar y humanizar, tanto a las impresentables autoridades municipales que han venido gobernando Morelia desde hace décadas como a la ciudadanía en general, la de aquí y la de Michoacán y más allá. Con el propósito de lograr el repudio y la vergüenza ante la indiferencia y la complicidad de permitir no sólo que el Departamento de Control Canino, que originalmente —como me recuerda recientemente mi amiga Marielena Hoyo Bastién— fue creado para controlar la rabia y que por un torcimiento perverso y sociopático se convirtió, como los del país entero, en un rastro para la fauna en condición de calle.
Ya desde entonces un eterno batallar para que las autoridades máximas entendieran que la violencia hacia los animales barbariza a los seres humanos, termina revirtiéndose hacia la ciudadanía y envilece a los pueblos, en términos de psicopatía y sociopatía. A brazo partido, en tiempos de Ruth Icazbalceta y la arq. Reyna Navarro, tratando de civilizar a la autoridad de la entonces Perrera Municipal, el mvz. Ezequiel Chávez, reivindicado años más tarde por sus correligionarios de partido como (pri)vilegiado director del Zoo de Morelia, así como a Salvador López Orduña primero, y a fausto vallejo Figueroa, más tarde.
Ezequiel Chávez, en lo que respecta a la electrocución de la “fauna callejera”, siempre escamoteó su indiferencia y su crueldad, argumentando que el presupuesto no le permitía introducir el sacrificio de los animales por la vía humanitaria de la eutanasia, cuando había muchas otras medidas que no le implicaban gasto alguno, como permitir a los animalistas participar como voluntarios para mejorar las condiciones de los animales capturados para el sacrificio, o por lo menos permitir que los protectores de animales pagaran una barda para que los animales que esperaban la muerte no presenciaran tal sacrificio durante días, además de poner a disposición de personal a los miembros de su equipo con reconocida y denunciada por décadas psicopatía, y firmar convenios con los medios del gobierno para difundir la protección y la tenencia responsable, la adopción y hasta la cooperación de la ciudadanía para erradicar la cruenta práctica de la electrocución de la fauna en condición de calle.
El “Chavo López”, haciendo gala del conservadurismo y la doble moral de su partido, el PAN, a pesar de que la ciudadanía y los animalistas sabíamos que comulgaba muy temprano todos los días, nunca quiso escuchar durante su Presidencia Municipal de Morelia, que la crueldad hacia los animales envilecía a la ciudadanía y abonaba el terreno para la descomposición moral y la violencia en Michoacán. Fue entonces la primera vez que estuve enfrente de quien se puede decir, como reza el dicho popular, que comulgaba con ruedas de molino, pues su impasibilidad e indiferencia ante los diversos argumentos a favor de la piedad hacia los animales sin voz, la protección de la barbarie a los ciudadanos y la decadencia de la civilidad, fueron estremecedoras.
Con Fausto Vallejo Figueroa, los animalistas nos topamos con su saturada agenda que no le permitía recibirnos y con el estribillo del magro presupuesto con el que contaba la Perrera Municipal. Para la historia de esta ya fatigosa lucha, cómo olvidar la noche en que Rafael Malpica coordinaba una mesa sobre el tema en Telemichoacán, pero que en el lapso de una hora sólo les concedió la palabra al resto de las participantes, y ya para terminar su programa me dijo que se había terminado el tiempo pero tenía unos segundos para enviar un saludos a los televidentes. ¡Por fin, dije para mis adentros! Y muy espontáneamente dije: “¡Si en la Morelia de las conchas con chocolate han sido electrocutados miles de perros y gatos y delante de sus congéneres, quiere decir que esta ciudad es bárbara!”. A lo que Malpica asintió: “¡Por supuesto doctora!”. Y agregué: “¡Y sus autoridades también!”. Momento en que Malpica cerró con una especie de “Adiós amigos”. Pero una mesa gracias a la cual Fausto nos abrió las puertas para dialogar y hacerle entender que aunque la Norma Federal 033 de ese entonces le permitía ese tipo de sacrificio, los lemas de su mandato municipal no: “Una Gran Ciudad para un gran País” y “Una Ciudad Humanista”. Así fue como se logró en aquél entonces el método de la eutanasia para Morelia.
Como los lectores de Revolución 3.0 y muchos lectores a través de las redes saben, los animalistas, coincidiendo con un horrendo crimen que —como dice la periodista y analista política Beatriz Pagés Llergo— “es un drama nacional”, cometido en Chihuahua, por niños y niñas, en el que amarraron, apedrearon, acuchillaron y medio sepultaron en un río a un menor de seis años, cuando los vecinos ya habían alertado a las autoridades de que esos menores les prendían fuego a las casas con los perros y los gatos dentro, como los animalistas venimos denunciado desde hace años en Michoacán, convocamos a los Candidatos de todos los partidos para que firmaran, a manera de compromiso, una Agenda Animalista con el Comité Ciudadano por el Trato Ético a los Animales, Generando Hogares de Amor para Animales Desprotegidos (Ghapad) y Activismo por el Mundo Animal (AMA).
Una convocatoria muy atendida, escuchada y firmada, por todos los partidos, menos por el PAN, pues a diferencia del resto de los candidatos, algunos de los cuales nos buscaron para conocer la Agenda Animalista y en su caso firmarla o proponer algunas precisiones, el desencuentro con la planilla del PAN llegó a su límite cuando nunca fue posible el encuentro con la cabeza del proyecto electoral panista, María Luisa Calderón Hinojosa, además del diálogo de sordos con Ignacio Alvarado Laris, el abanderado por el PAN como candidato a la Presidencia Municipal de Morelia, con quien no sólo por el espacio con el que cuento sino por no hacer escarnio del desencuentro con el tema del Bienestar Animal, sólo voy a compartir un desencuentro paradigmático, a propósito de que la Agenda Animalista incluye el compromiso de prohibir los rastros clandestinos, no sólo por la excesiva crueldad contra los animales, sino también por las condiciones de insalubridad, ante lo que el candidato Ignacio Alvarado Laris replicó, no sólo que nunca se metería con las mafias de los rastros sino que nunca le quitaría a una familia pobre su puerquito con cisticercos, porque era lo único con lo que contaban para comer. Una objeción que estremeció, como en tiempos de Salvador López Orduña. El PAN ¡no es un pan de Dios!