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Familias michoacanas “de regreso a casa”

Movimiento Migrante Mesoameriano

Una condición fundamental de la migración de mexicanos a Estados Unidos es la falta de equidad para los inmigrantes para que los empleadores puedan aprovecharse de su mano de obra barata. En los últimos años más de medio millón de obreros mexicanos migraron a Estados Unidos anualmente, pero el sistema ofrece solo 5 mil visas para obreros no calificados, así que hoy en día se han acumulado unos 12 millones inmigrantes indocumentados que residen en ese país en condiciones de inseguridad, terror y amenazas. Una de las amenazas preferidas es la deportación cuya consecuencia más directa es, en millones de casos, la destrucción de familias.

Un estudio publicado por la Universidad de Arizona (UA) nos indica que más de la mitad de los indocumentados deportados a México tienen fuertes lazos familiares en Estados Unidos y han vivido durante años en el país. El estudio del Centro de Estudios Latinoamericanos de la UA indica que de los deportados entrevistados el 51% dijo tener un familiar que es ciudadano estadounidense, mientras que el 22% aseguró tener un hijo nacido en EE.UU. El informe señala además que el 42% de los deportados era el único sustento de su familia. Además, el 70% de los entrevistados que consideran que su “hogar” se encuentra en EE.UU. dijeron que intentarán cruzar nuevamente la frontera.

Se calcula que más de diez por ciento de las familias en Estados Unidos está compuesta de, cuando menos, uno de los padres en situación migratoria irregular pero ya tienen, cuando menos, un hijo o hija nacido en los Estados Unidos y por lo tanto son ciudadanos estadounidenses. Cuando se deporta ese padre, quien legalmente no puede volver hasta después de entre tres y veinte años, la familia queda dividida, en efecto destruida. Además, muchos inmigrantes están encarcelados con o sin sus niños muchos meses o aún años antes de ser deportados, en espera de ser presentados ante los jueces de migración que están sobresaturados por la magnitud de los casos que tienen que atender.

Un sinnúmero de niños o sus padres simplemente desaparecen, como ocurrió en el caso de la redada masiva del 12 de diciembre de 2006 que realizó el Immigration and Customs Enforcement (ICE), conocida entre inmigrantes latinoamericanos como “la Migra” que arrestó casi 1.300 obreros de seis plantas de la compañía carnicería Swift por tener documentos apócrifos. Así es que las mismas leyes y prácticas estadounidenses tienden a dividir familias en violación de la catorce enmienda de la constitución, sin hablar de los famosos casos de esclavitud laboral, comercio sexual de niñas y niños, uso de pesticidas y otros venenos que afectan principalmente familias inmigrantes, o los más de 500 mexicanos que mueren cada año en los ríos o desiertos en Estados Unidos.

Al menos 1,100 personas son deportadas diariamente de Estados Unidos después de permanecer detenidas y encarceladas por ICE. Durante el año fiscal 2013 el número de deportados fue de 368.688 y el 40% de ellos no tenía antecedentes penales. Según el gobierno un 41% de los deportados eran padres de familia.

Durante la primera administración del presidente Barack Obama (2009-2012) ICE batió cuatro récords sucesivos, el último en 2012 con casi 410 mil. Obama ha deportado, desde que inicio su presidencia, a casi 2 millones de personas a pesar de las múltiples y masivas protestas y peticiones de la comunidad migrante de que utilice su poder de emitir una “orden ejecutiva” que pare las deportaciones masivas hasta en tanto no se legisle la muy manoseada REFORMA MIGRATORIA INTEGRAL.

Hasta ahora, frente a las demandas de las inmensas coaliciones de inmigrantes y sus partidarios, la respuesta por la administración de Obama ha sido una intensificación de las redadas electrónicas, deportaciones, “detenciones preventivas” y encarcelamientos, abuso sistemático de los detenidos. Esto significa una cacería de brujas contra millones de extranjeros e inmigrantes como estrategia fundamental del nuevo macartismo iniciado a partir de las llamadas “Leyes Patrióticas”, antiterroristas. Muros en la frontera con México, eliminación de beneficios a todos los niños de inmigrantes, incremento enorme de gastos de aplicaciones para visas, residencia permanente, o ciudadanía, autorización de la construcción de más centros de detención por compañías privadas como Halliburton, el aumento de la presencia de la Guardia Nacional sobre la frontera mexicana y el envío de agentes de La Patrulla Fronteriza a territorio mexicano en persecución de presuntos narcotraficantes, los “drones” etc.

En repuesta a la insostenible situación que enfrentan después de sus deportaciones, la falta de programas de inserción socio-económica para los migrantes en retorno, la violencia real y cotidiana con la que conviven, cinco familias binacionales del estado de Michoacán, que abandonaron los Estados Unidos tras la deportación de alguno de sus miembros, se preparan para llegar a la Mesa de Otay el próximo 10 de Marzo para pedir asilo y visas humanitarias, uniéndose a la tercer acción de este tipo organizada por los jóvenes llamados “dreamers”.

Este particular tipo de protesta dio inicio cuando nueve jóvenes se entregaron en la frontera pidiendo asilo en un intento por resaltar el drama que ocasiona el sistema migratorio de Estados Unidos y las familias divididas. Le llamaron el “DREAM 9” y entraron por la frontera de Nogales, Arizona.

En otra acción, a finales de Septiembre del año pasado, 3 decenas de jóvenes con algunos padres, se presentaron en la frontera de Juárez-El Paso. Todos fueron enviados a centros de detención. La mayoría aprobaron el primer paso de un proceso de asilo, algunos fueron deportados y otros permanecen en los Estados Unidos en espera de que el proceso avance.

Durante el año pasado, el proyecto “DE REGRESO A CASA” liderado por la organización International Youth Alliance, realizó trabajos de organización en comunidades de todo el país y docenas de “soñadores” pudieron regresar con sus familias en los Estados Unidos. La organización está convencida que esos 2 millones de hombres, mujeres y niños deportados a partir que el Presidente Obama inicio su mandato, merecen regresar a sus hogares.

Este 10 de Marzo, alrededor de 250 personas cruzarán la frontera con la esperanza de reunificar a sus familias, y exigir al gobierno el cese inmediato de las deportaciones que están creando una crisis humanitaria al separar a las familias. Las deportaciones están afectando a miles de ciudadanos estadounidenses que constituyen familias mixtas a las cuales su propio país esta criminalizando y violando los derechos fundamentales de los niños que nacieron allí.

En esta ocasión, 5 familias michoacanas organizadas por LA FAMILIA LATINA UNIDA y el MOVIMIENTO MIGRANTE MESOAMERICANO, y apoyadas por PRAMI-IBERO, el Ayuntamiento de Maravatio, el Sindicato Independiente de Trabajadores del Estado de San Luis Potosí y organizaciones solidarias se unirán a esta acción y 18 personas viajaran a la Ciudad de Tijuana para posteriormente cruzar la línea fronteriza con el fin de unificar a sus familias binacionales separadas por las injustas leyes migratorias que responden a un sistema económico que necesita mano de obra esclavizada para poder subsistir.

12 marzo, 2014
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