Editorial Revolución
La memoria histórica es fragmentaria, estructura los hechos en milenios, siglos, décadas y años; ciclos de la vida humana en sociedad que cuando acaban e inician siempre invitan a la reflexión. Inicia la década del 2020, y resulta difícil evadir la tentación de observar en retrospectiva el decenio anterior.
La década del 2010 inició con la primavera árabe, estallido social en Medio Oriente y Norte de Áfricaque prendió en Túnez con la inmolación de un vendedor ambulante como protesta extrema al hostigamiento policial. La exigencia de mejores condiciones sociales, políticas y democráticas se extendió a Egipto, Yemen, Bahréin, Libia, y Siria; todo esto en sólo tres meses en los que incluso cayeron dos presidentes: el tunecino Zin el AbidínBen Alí y el egipcio Hosni Mubarak.
Al margen de los logros alcanzados por las revueltas, la primavera árabe se convirtió en referente mundial de una nueva forma de organización ciudadana en la que incubaron otros movimientos ciudadanos como el de Los Indignados en Madrid y Ocupa Wall Street en Estados Unidos.Las redes sociales se convirtieron en combustiblepara miles de levantados que, sin conocerse entre sí, lucharon codo a codo por una misma causa.
Los mass media se han encargado de asociar el espíritu de los años 2010’s con la supuesta tipificación millennial (de las personas nacidas entre 1981 y 1993): individualismo inducido por la tecnología y aislamiento social en consecuencia; inclinación por la superficialidad y rechazo a la reflexión profunda; tendencia a lo efímero sobre la pulsión de trascendencia.
Sin embargo, al margen del estereotipo acuñado por el mainstream existe otra pulsión undergroundactuante en la realidad: la #Generación (generación hashtag), que cuando sale a la superficie de las redes sociales lo hace para exigir un cambio en el establishment y propone nuevos códigos culturales, la mayoría de las veces mucho más liberales y progresistas que las convenciones sociales vigentes.
Contrario a la creencia de que las redes sociales abstraerían al individuo en relaciones virtuales, y que la globalización difuminaría los valores particulares y dinámicas sociales de las culturas nacionales y regionales, la #Generación convierte al hashtag en el nodo de un activismo global que visibiliza y dafuerza a las luchas de grupos históricamente marginados, excluidos u oprimidos.
Durante la década pasada el hashtag ha ejercido su dominio en el debate público como articulador de conversaciones con amplia participación ciudadana a escala global, y del espacio virtual ha dado el salto a la realidad para poner en movimiento luchas sociales como la del #15M, #occupywallstreet, el mexicano #YoSoy132, y #MeToo, entre otras causas que han dado cuerpo y vitalidad al ciberactivismo.
La gran revolución en la primera década del Siglo XXI es la que han puesto en marcha las redessociales, porque éstas se han vuelto el medio para fines diversos; son la caja de resonancia de casi todas las causas que hoy son visibles y generan debate. Estamos hablando entonces de una revolución de los medios, de las formas de comunicarse y organizarse, incluso más allá de las fronteras territoriales y lingüísticas.
Las redes sociales han provocado un cisma en las estructuras verticales de los medios de comunicación tradicionales, ya que han dado la posibilidad a un mayor número de personas de expresarse, proyectar su imagen y pensamiento, ydialogar con el mundo.
Los medios de comunicación en formato tradicional comienzan a desaparecer, y otros han soltado amarras para navegar en lo digital; sin embargo, todos han sido cuestionados de manera genérica en su legitimidad como informadores y formadores de opinión. Están bajo sospecha.
En esta gran revolución de las tecnologías de comunicación e información también han hecho su aparición las llamadas fake news, y entramos de lleno a la época de la posverdad; es decir, un periodo de la historia en la que una mentira emotiva es más convincente que la realidad más real.
Internet, y en particular las redes sociales, son tierra fértil para la distorsión de la realidad, de tal manera que el gran reto de la #Generación es restituir a la verdad en la construcción del presente.