Al menos tres personas murieron y 172 resultaron heridas como consecuencia de las afectaciones provocadas por un fuerte tornado que azotó La Habana la noche del domingo, precisaron hoy fuentes oficiales.
De acuerdo con datos preliminares, los fallecidos y lesionados fueron víctimas de derrumbes parciales o totales de viviendas, caída de árboles u otros desastres causados por el fenómeno meteorológico.
Los municipios de La Habana más afectados fueron 10 de Octubre, Guanabacoa, Cerro, Regla y parte de Habana del Este.
El Presidente de Cuba, Miguel Díaz-Canel Bermúdez, recorrió junto a otras autoridades gubernamentales y políticas desde horas de la madrugada áreas de los municipios más afectados.
En esas zonas también sufrieron daños instalaciones estatales, como hospitales maternos y puntos de distribución de prensa, redes eléctricas y telecomunicaciones, entre otros.
Como una bola de fuego
Victoria de la Caridad Infante hoy no tiene casi nada. Le queda un televisor que su hijo rescató entre los escombros y saberse con la suerte de vivir para “hacer el cuento”. No ha podido dormir en toda la noche y salió de su casa esta mañana sumergida “en la peor de las pesadillas”. Regla es irreconocible.
“Aquí la situación empezó terminando el parte de meteorología. Salí al portal y escuché el ruido tremendo que se acercaba y comencé a ver destellos. Cuando vi eso entré enseguida a la casa; mi esposo creía que eran truenos, pero yo le dije que no. Lo que sí te aseguro que era una bola roja, pensé que era la llamarada de la refinería, pero me percaté que se movía”, describe.
Abrirse paso hoy en ese municipio es casi imposible. La gente camina, toma fotos, recoge algunas cosas de las calles, tienen miradas perdidas. Una señora perdió a una amiga y reza porque los otros vecinos se recuperen en el hospital.
“Aquí viven varias personas con su hija, pero están todos para el hospital. El techo de la casa de placa se desplomó y hasta las tres de la mañana no pudieron sacarlos a todos. Sabemos que hay más heridos en la zona”, dijo Maritza Rodríguez, doctora del consultorio más cercano.
Los coches totalmente destruidos no dejan la menor duda de la intensidad de los vientos. Los edificios no pudieron sostener sus cubiertas, los que viven en el último piso miran con espanto a su alrededor.
“Parecía como una escuadrilla de aviones que venían volando raso. Yo digo que hubo más de 200 km/h aquí. Nadie estaba prevenido para esto; no es como un ciclón que uno se resguarda y prepara condiciones”, relata Ventura Gutiérrez.
En otras de las calles, una abuela manda a resguardar a sus nietos. “No es un día para juegos”, dice para evitar que choquen con los cables eléctricos, ahora en el suelo.
“Todo fue cuestión de segundos, si dura más creo que hubiéramos muertos. A mí me arrancó la puerta de la casa y me tiró contra la pared del fondo. Una cabilla pasó y atravesó el sofá. Tumbó toda la placa. Los vecinos del frente se quedaron sin casa”, advirtió Francisco Sotolongo.
Información e imágenes de CUBA DEBATE