Alina Rosas Duarte / @ARD3_0
(03 de abril, 2014).- “El cambio climático es un hecho y México contribuye a éste”, señaló esta mañana el doctor Miguel Molina, docente de la Universidad de Ginebra, quien declaró que México produce 1.8 por ciento de las emisiones totales en el mundo, uno de los 20 países más contaminantes al lado de China y Estados Unidos.
Uno de los principios que rigen el cambio climático, señaló Molina, es la incertidumbre -cómo, cuándo, dónde y a quién va a afectar- ya que las consecuencias de la emisión de gases, principalmente de clorofluorocarbonos, dióxido de carbono, óxido nitroso y metano, no es constante.
El dióxido de carbono que un ciudadano de Estados Unidos produce en un día, es lo que un habitante en el continente Africano puede llegar a producir en un año, destacó Molina.
Las consecuencias del calentamiento global van en función de los grados que incremente, para lo cual, el doctor Molina explicó qué pasaría en cada situación.
En caso de que en un lapso de 50 años la temperatura global incrementara dos grados, la capa ártica desaparecería alterando el equilibrio de la energía del planeta. Los bancos de coral se verían reducidos, comenzarían las sequías en regiones subtropicales y se multiplicarían incendios forestales.
El incremento entre dos y tres grados de temperatura, tendrían como consecuencia olas de calor más severas, el deterioro de la selva amazónica hasta un punto de no retorno, la afectación del PH del mar y con ello una serie de relaciones ecológicas marinas.
Entre tres y cuatro grados, los deshielos de glaciares y montañas afectarían los flujos de agua, las sequías y el calor afectarían cosechas en Asia, Europa y especialmente en Estados Unidos.
El aumento de entre 5 y 6 grados centígrados haría que se registraran las temperaturas más elevadas en los últimos 50 millones de años y que el calor volviera inhabitables casi todas las regiones subtropicales.
En caso de no detener el calentamiento global y que la temperatura aumentara más de 6 grados centígrados, el doctor Molina explicó que el desprendimiento de metano al mar, aumentaría el riesgo de un calentamiento incontrolable; la vida marina desaparecería casi en su totalidad y la población humana se reduciría como consecuencia del aumento de temperatura, de manera radical, “desaparecería más del 90 por ciento de las especies”.
De continuar el incremento, para el año 2020 en África entre 75 y 250 millones de personas se verán expuestas a la falta de agua potable y en algunos países del continente, los rendimientos de las cosechas podrían reducirse hasta en 50 por ciento.
En el caso del continente asiático, para 2050 podría reducirse la posibilidad de la existencia de agua potable, en especial en regiones costeras donde existen deltas de ríos caudalosos. Incluso, los Estados que son islas podrían desaparecer.
“Se espera que la elevación del nivel del mar exacerbe inundaciones, tormentas, erosión y otros riesgos costeros que amenacen la infraestructura vital. Para mediados de siglo, muchos de estos Estados-islas tendrán muy poca agua”, indicó el docente.
En cuanto a América del Sur, se podría presentar el menor rendimiento de las cosechas así como provocar que el descongelamiento de los glaciares ante el incremento de la temperatura, genere la pérdida de fuentes de agua dulce, además de las inundaciones y tormentas.
El pronóstico para América Central no es distinto. Las lluvias podrían reducirse en un 28 por ciento en promedio poniendo en peligro el abasto de agua. Las tormentas, las inundaciones, los deslaves y otros eventos extremos podrían incrementarse hasta en un 85 por ciento.
¿Qué le espera a México con el calentamiento global?, cuestionó Molina.
“En abril del 2013, la concentración de partículas por millón (ppm) en México era de 398.35, el 10 de mayo del 2013 era de 450 ppm, en febrero del 2014 era de 398. Si hay más de 350 partículas se presentan fenómenos muy poco controlables o definitivamente incontrolables”, señaló el docente.
El cambio climático en México se manifiesta de diversas maneras, explicó Molina, desde el resurgimiento de enfermedades como el dengue, el cólera, el paludismo, que se creían extintas en el país, hasta el incremento en las inundaciones, muertes por olas de calor, aumento de la temperatura en estados del norte del país como Baja California, Sonora, Sinaloa, Chihuahua, Coahuila y Tamaulipas.
“Las muertes por diarrea en Puebla, Guerrero, Oaxaca y Veracruz, las alergias y enfermedades respiratorias en el Distrito Federal, pero también en ciudades grandes como Monterrey, Guadalajara, Toluca, el cáncer de piel y las lesiones oculares son sólo los efectos que ya estamos viendo consecuencia del cambio climático y el calentamiento global”, enfatizó Molina.
Para valorar económicamente el costo del cambio climático en el país, el docente citó al entonces secretario de Hacienda, al panista Ernesto Cordero, quien en su momento declaró que “el costo que tiene para el Estado mexicano atender los daños materiales ocasionados por fenómenos naturales generados como resultado del cambio climático ya está cerca de los 25 mil millones de pesos”.
Para el académico, el cambio climático es fundamentalmente un problema económico, ya que tomar medidas para aminorarlo, puede ir en contra de intereses privados que no se están dispuestos a ceder.
Foto: La Jornada Michoacán