Derechos Humanos


“¿Quién nos enseña a despertar y no tenerla?, nos arrancaron la vida con el asesinato de mi hija”

“¿Quién nos enseña a despertar y no tenerla?”, señala Bertha al recordar a su hija María del Rosario en vísperas de cumplirse un año de su feminicidio; fue un lunes fechado el cuatro de noviembre de 2019. “Nos arrancaron la vida con el asesinato de mi hija”, señala entre lágrimas.

El edificio de concreto que alberga las salas de oralidad ubicadas en el Centro Integral de Adolescentes en Morelia, contrasta en su pálido gris con la piel morena de Bertha quien, en compañía de su hijo Edgar, de familiares y amigas de María Rosario, hablan de justicia, de la necesidad de alzar la voz por aquellas que no están, pero sobre todo, por quienes aún siguen con vida.

Ha terminado la audiencia intermedia, en ella se determinó dar paso al Juicio Oral por el que se decidirá la responsabilidad o no de Ana Cristina, quien ha sido imputada por la Fiscalía General del Estado como la responsable del delito.

El caminar de la justicia es lento, un año después del feminicidio de la joven enfermera de 27 años, dará arranque formal el Juicio Oral correspondiente. La etapa previa concluyó este miércoles.

Fueron tres audiencias que Fiscalía y Defensa emplearon para el debate, para pedir que se excluyeran e incorporaran pruebas, para que el juez de control David Montoya Romero determinara la procedencia de dichas solicitudes.

El cuatro de noviembre de 2019, María del Rosario salió de su casa pasadas las cuatro de la tarde luego de haber realizado seis llamadas con Ana Cristina quien era su pareja sentimental. A su familia le comentó que iba por el pan, pero los reportes de la Fiscalía revelan que en realidad se reunió con Ana Cristina, abordaron el auto de ésta y no se le volvió a ver con vida.

La Alerta Alba fue activada desde ese mismo día, cuando alarmada por la ausencia de María del Rosario su familia dio aviso a las autoridades.
En la brecha “Paso del Muerto” fue localizado al día siguiente por comuneros, el cuerpo sin vida de María del Rosario. Las autoridades reportan 15 lesiones, tres de ellas por arma de fuego en el tórax y cráneo. La Fiscalía catalogó el delito dentro de la causa 817/2019 como feminicidio y solicita la penalidad máxima de 50 años que prevé la ley, además de una reparación del daño por 519 mil 560.80 pesos.

El 19 de noviembre Ana Cristina fue detenida y el día 20 el juez de control determinó la vinculación a proceso, determinándose la prisión preventiva de la imputada.
Vestida de sudadera y pants blancos, Ana Cristina estuvo presente en la Sala de Oralidad 3 durante la audiencia de este miércoles. Su defensa solicitó la exclusión de diversas pruebas, varias de ellas obtenidas durante el cateo del Ministerio Público a un inmueble, en donde se argumentó hubo daños en el actuar de las autoridades, y se revisaron domicilios ajenos al ordenado.

El juez desestimó el alegato, recordó que la autorización para el cateo fue de un inmueble que abarcaba varios domicilios, por lo que las pruebas obtenidas en la acción las considera válidas.

También se solicitó la exclusión de capturas de pantalla de conversaciones entre Ana Cristina y María del Rosario argumentando invasión a la intimidad, así como los videos de las cámaras de vigilancia recabadas por la autoridad, la defensa sostiene que no hay elementos suficientes que demuestren que la imputada estuvo en el lugar de los hechos.

La Fiscalía por su parte pidió la exclusión de testimoniales requeridos por la defensa, de peritos y agentes ministeriales para demostrar irregularidades en la actuación del Ministerio Público, La postura del juez en todos los casos no varió, consideró que todos los elementos deberán ser puestos sobre la mesa al momento del Juicio Oral.

“Va a ser un año y seguimos vueltas y vueltas, no sabemos qué vaya a pasar, vamos a luchar hasta que se haga justicia”, señala Bertha ya concluida la audiencia.
“Las marchas no son para las que ya fallecieron, las marchas son para las que están vivas, para que haya penas máximas en Michoacán, no porque se porten bien dejen salir a los asesinos”, señala.

A su lado Edgar, tercer hijo de Bertha recuerda a María del Rosario mientras su voz se quiebra, “siempre tenía una sonrisa para todas las personas, le gustaba ayudar a todo el mundo, ese día nos dijo que iba al pan, yo creo que no nos quiso decir que iba a verla a ella, pero si sabíamos de su relación, lo que no sabíamos es que ya habían terminado”. En su celular muestra fotos de su hermana con familiares y amigos.

Bertha agrega: “Nos dejaron sin ganas de nada, pero aquí seguimos, queremos justica, no solamente para ella, para todas, tengo casi un año esperándola y ya no regresó. ¿Ahora quién nos enseña a vivir sin ella?, ¿Quién nos enseña a despertar y no tenerla?, ella cantaba, bailaba, ¿Quién nos enseña a no oír su risa?”.

28 octubre, 2020
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