Educación


Ramiro Peña espera que sus ex patrones lo consideren como aspirante a rector

Para Ramiro Peña, aspirante a rector de la Universidad Michoacana, los integrantes de la Comisión de Rectoría son “gentes distinguidas”, todos ellos sus ex patrones en diversos cargos públicos en la administración pública y la universitaria. Niega que alguno de ellos sea su “padrino”, como también rechaza tener vínculos con el ex rector Salvador Jara Guerrero.

Ufano de los cargos públicos que ha ocupado, desde alcalde municipal de Chilchota en la administración 1975-1977, con solo 23 años de edad, dice que varios de quienes integran la Comisión, “fueron mis patrones”. Y enlista a la mayoría de ex rectores que forman parte de la figura: “Tengo el honor y el privilegio de conocerlos a todos ellos porque hemos convivido no solo en la Universidad, sino en otras áreas. Con Marco Antonio Aguilar Cortés, trabajamos en algunas instituciones; con Jorge Mendoza Álvarez, pus también en un momento fue mi jefe como secretario de Gobierno, cuando yo era subsecretario de Asuntos Agrarios del gobierno del estado; con Jaime Hernández, trabajamos para su proyecto de rector, en ese entonces yo fui director de Control Escolar con él; con Silvia Figueroa (Zamudio), también me tocó, me permitió pues trabajar en su proyecto a la Rectoría; y bueno, con el doctor Genovevo Figueroa tuve también la fortuna de ser director de Asuntos Agrarios y subsecretario de Gobierno, tengo esa fortuna y esa suerte”, dijo en la rueda de prensa a que convocó esta mañana.

Peña, quien señala que cursó la primaria en un internado en Pátzcuaro y fue morador de un albergue estudiantil en la Universidad Michoacana, reconoce su filiación priísta a través de su militancia en la Liga de Comunidades Agrarias y afirma que puede resolver los problemas de la Universidad Michoacana, “porque la conozco, ahí nací y me he criado por muchos años”.

Evade la pregunta, sobre si con la Comisión de Rectoría se valida un método antidemocrático para elegir al rector en la Universidad Michoacana, aunque después dice que “sería el primero en gestionar ante el Congreso para que desaparezca la figura establecida en la fracción VI del artículo octavo de la Ley Orgánica de la UM.

De los candidatos al nombramiento, que se estima superan la treintena, dice que “me enteré que hasta el número 12, cumplimos con los requisitos”, relativos a solicitar el registro y presentar un proyecto. De llegar a la Rectoría, afirma, reduciría su sueldo en un 25 por ciento, al igual que abrir la Universidad a la empresa privada para captar recursos e inversiones en la que augura poder concretar proyectos porque “tengo la suerte de tener dos tres amigos cercanos al presidente de la República”.

De la matrícula foránea en la Universidad, dice que los gastos de estos alumnos los deben absorber los gobiernos de sus entidades de origen, al igual que en materia de jubilaciones y pensiones propone “sensibilizarlos” para que apoyen la creación de un fondo de aportaciones “y así tengamos una bolsa grande de recursos”. Con los sindicatos, plantea “que se reduzcan sus privilegios”.

De la relación con el gobierno, se pronuncia por no distanciarse de la autoridad, “es necesaria”; al igual que en materia de transparencia dice que debe haber rendición de cuentas ante “gastos exorbitantes que no se transparentan”, aunque al igual que cuando se le cuestiona sobre la actual crisis financiera que vive la Universidad Michoacana, evade identificar responsables. Eso sí, promete “una relación extraordinaria con los estudiantes, con los administrativos, con los manuales”.

20 diciembre, 2018
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